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LECTURAS DE CERCANÍAS

Una acción de Felisa con los clubes de lectura

Cada año, Felisa propone un juego a los clubes de lectura de Santander y de Cantabria y en 2025 le ha llegado el turno a las lecturas posibles en las líneas de cercanías de tren que recorren Cantabria. Este es el resultado.

Línea 1 (Santander-Reinosa)

Biblioteca Municipal de Gravina (Santander)

Peñas arriba. José M. Pereda

¿por qué? Se ha elegido por la descripción que hace de los paisajes y pueblos cántabros,y sus costumbres, muy apropiado para el tema del tren, que es «un pequeño mundo que se mueve por otro más grande». Además, está relatado desde la perspectiva de un visitante.

«¡Pero qué tierra, divino Dios! A mi izquierda, y en primer término, dos altísimos conos unidos por sus bases, de Norte a Sur, como dos gemelos de una estirpe de gigantes, enfrente de ellos, a mi derecha, las cumbres de Palorpera dominadas por el Cuerno de Peña Sagra, que extendía sus lomos colosales hacia el Oeste; y allá en el fondo, pero muy lejos, cerrando el espacio abierto entre Peña Sagra y los dos conos, las enormes Peñas de Europa, coronadas ya de nieve, surgiendo entre las orillas del Cantábrico y elevándose majestuosamente entre blanquecinas veladuras de gasa transparente hasta tocar las espesas nubes del cielo con su ondulante y gallarda crestería. Por el lado en que me encontraba yo descendía la sierra blandamente hasta la base del primer cono, de la cual arrancaba hacia la derecha un cerro de acceso fácil, que resultaría montaña desde el fondo de la barranca en que terminaba bruscamente».

Metrópolis (Camargo)

Diario de una viajera en tren de cercanías. Aida Herreros Ara

¿por qué? El diario rinde un homenaje al tren de cercanías. La búsqueda de nuevos lugares y experiencias se materializa al subir a un vagón de cercanías y permite dialogar con la naturaleza a través de su ventana. ¿A dónde llevan los caminos que veo desde el tren…? La respuesta la encontramos en el camino: «A donde usted quiera ir».

«Nada más salir de Santander, nos envuelve la niebla. El sol es como un ojo de Polifemo entre gasas. Bandadas otoñales de pajarillos se reagrupan en un arbusto caprichosamente…,y se van. Los plumeros están por todas partes.

La luz es naranja: mi luz favorita de otoño. En los terraplanes, rebrotan acacias en un terreno que ha sido desbrozado recientemente, y los castaños exhiben sus bolitas verdes de pinchos, que desde el tren, parecen bombones de trufa».

Lo mejor está por leer (Santander)

Una dulce herencia. Elena Bargues

¿por qué? Hemos elegido este libro porque hace unos meses tuvimos un encuentro con la escritora del mismo. Además, el libro comienza cuando la protagonista, Alba, llega desde Madrid a Santander en tren. La novela está ambientada en 1918 cuando la realeza venía a veranear a Santander y cuando comenzó a construirse el barrio de El Sardinero.

 

«El silbato del tren anunció la proximidad a la estación de Santander. Mi madre, que había aguantado el viaje sin perder la correcta postura y sin que se le descolocase un pelo, levantó la mirada de la revista que ojeaba con la indolencia del empedernido viajero. Provenía de una familia de rancio abolengo y esmerada educación en las formas sociales. Había aportado al matrimonio el título del marquesado de Lucientes. Mi padre, como era habitual en él, se hallaba en el vagón restaurante, perdido entre el humo de los habanos y las sucesivas copas mientras debatía con otros caballeros aburridos. Su aportación al matrimonio había sido el dinero que le faltaba a la señorita marquesa. Una unión de conveniencia que no se habían preocupado de ocultarme, tal era el hastío de ambos con la situación. Hasta donde yo sabía ninguno era infiel. Tampoco me había molestado en profundizar sobre sus vidas.

—Alba, arréglate un poco. ¿Cómo te las apañas para arrugar tanto el vestido?».

Callealtero (Santander)

Un tranvía llamado deseo. Tennesse Williams

«BLANCHE (va hacia el respaldo de la butaca y luego se acerca a Stella): —De lo que hablas es del brutal deseo…, simplemente… ¡del Deseo!… el nombre de ese traqueteante tranvía que recorre ruidosamente el barrio, por una de las angostas calles y luego por otra…

STELLA: —¿No has viajado alguna vez en él?

BLANCHE: —Ese tranvía me trajo aquí…»

Locus Amoenus (Camargo)

El camino. Miguel Delibes

¿por qué? La infancia de Miguel Delibes transcurre en Molledo (Línea C1) y es en El camino donde refleja con gran talento narrativo la España rural de la posguerra. El paso de la niñez y la evocación de la naturaleza impregna toda la narración. A los niños protagonistas el tren también les sirve de entretenimiento.

 

«Algo se marchitó de repente muy dentro de su ser: quizá la fe en la perennidad de la infancia; Asomando la nariz al precipicio, los dos rapaces aguardaban impacientes la llegada del tren. La hueca resonancia del valle aportaba a sus oídos, con tiempo suficiente, la proximidad del convoy. Y cuando el tren surgía del túnel, envuelto en una nube densa de humo, les hacía estornudar y reír con espasmódicas carcajadas. Y el tren se deslizaba bajo sus ojos, lento y traqueteante, monótono, casi al alcance de la mano».

Línea 2 (Santander-Unquera)

UNATE Torrelavega

Poesía completa. José Luis Hidalgo

¿por qué? La figura de José Luis Hidalgo mantiene una gran vigencia en nuestra ciudad (las actividades culturales que se celebran en el Aula Poética que lleva su nombre, situada en el CN Foto; la exposición permanente sita en este mismo lugar, que incluye poemas, grabados, dibujos…; los concursos anuales de poesía destinados, por un lado a poetas, y, por otro, a alumnado de Primaria, 1º y 2º de ESO, etc.). Hidalgo, poeta de nuestro entorno, es un artista de vida y obra breves, frustradas ambas por una muerte temprana; a pesar de ello, su poesía abarca temas tan universales (amor, vida/muerte, Naturaleza…) que merece ocupar un lugar destacado en cualquier espacio cultural.

«Siempre, nunca… Dos palabras

que no pueden ser verdad.

Eso que está siendo, luego

no se volverá a encontrar.

Lo que nunca ha sucedido

acaso sucederá.

«Siempre, nunca… Dos palabras

y palabras nada más.

No las digas, no las pienses

nadie sabe dónde van.

Las palabras son palabras

nada más».

Club Lectura Fácil Santa Cruz de Bezana

¡Adiós, Cordera!. Leopoldo Alas ‘Clarín’

¿por qué? Hemos elegido este cuento porque el tren es un personaje más que nos hace viajar en el tiempo y descubrir el impacto que tuvo la llegada del ferrocarril para nuestras zonas rurales.

«Tardó mucho en gastarse aquella emoción de contemplar la marcha vertiginosa, acompañada del viento, de la gran culebra de hierro, que llevaba dentro de sí tanto ruido y tantas castas de gentes desconocidas, extrañas».

Fernando Rebanal (Camargo)

Los Ingratos. Pedro Simón

¿por qué? Los ingratos es una emocionante novela sobre una generación que vivió en aquella España donde se viajaba sin cinturones de seguridad en un Simca y la comida no se tiraba porque no hacía tanto que se había pasado hambre. Un homenaje, entre la ternura y la culpa, a quienes nos acompañaron hasta aquí sin pedir nada a cambio.

«Ya era de noche cuando el Simca 1200 paró justo en el paso a nivel de la entrada para que pasara el último tren de mercancías, uno ruidoso y sin prisas. Y yo sentí lo de otras veces: que entrar a un pueblo en medio de la oscuridad era como estrecharle la mano a una persona sin poder verle la cara. Una mala manera de empezar las cosas».

Alejandría (Camargo)

Lo demás es aire. Juan Gómez Bárcena

¿por qué? Tomamos un tren de Feve que nos acerca a Toñanes, donde Juan Gómez Bárcena abre sus ojos y da sus primeros pasos. En este lugar el autor encuentra un marco histórico extraordinario y da voz a todos lo que lo habitaron a lo largo del tiempo. Así logra crear un original universo que nos conmueve y nos conecta con nuestra historia.

 

«…Porque Toñanes es también eso: una carretera. Un lugar por el que la gente pasa y no se detiene. Un lugar del que marcharse para no regresar. Un minuto y cinco segundos: el tiempo que tarde en atravesarse Toñanes de lado a lado a una velocidad media de ochenta kilómetros por hora. La historia de Toñanes es, también, la historia de esa carretera.

Un tramo de la carretera autonómica 131, a medio camino entre Santillana del Mar y Comillas.

1958- Una carretera comarcal con el asfalto lleno de baches.

1891-Un camino de gravilla que se desliza entre los prados, escoltado por una hilera de alisos.

1764- Una calzada de fango y morrillos desparejos, encajonada entre tapias. 1323- Un sendero de tierra.

2021- Eso es Toñanes: un camino mejor o peor, pero siempre camino. Un pueblo hecho solamente para eso, para pasar, para que ni los acontecimientos ni las personas se detengan nunca…».

Club de Lectura de Cómics de la Biblioteca Central de Cantabria

Todo bajo el sol. Ana Penyas

¿por qué? Porque no queremos convertirnos en la nueva Costa del Sol. Porque apoyamos un desarrollo sostenible que no sobreexplote la Tierra y sus recursos naturales. Porque deseamos dejar un legado medioambiental que se perpetúe para que las generaciones venideras puedan vivir en plenitud.

Por todo eso, nuestro grupo de lectura (Club de Lectura de Cómics de la Biblioteca Central de Cantabria) ha elegido un cómic de temática social, muy necesario, que habla sobre la especulación urbanística que ha sufrido la costa levantina en las últimas décadas (desde el franquismo hasta la actualidad), pero que también cuestiona el modelo productivo centrado exclusivamente en todo lo relacionado con el turismo, algo que tiene consecuencias económicas graves que se pusieron de manifiesto cuando la pandemia por Covid-19 restringió la movilidad mundial. Todo ello, sin dejar de denunciar el fenómeno de la gentrificación, que deja a nuestros barrios despersonalizados, sin alma y que expulsa al vecindario de toda la vida, un problema al que se enfrentan muchas ciudades, no solo las de la Comunidad Valenciana, lo que hace que nos encontremos ante una obra que desde lo local cuestiona lo global.

A lo largo de nuestro itinerario por tren (Línea 2 Santander-Unquera) encontraremos paradas próximas a zonas calientes donde el turismo descontrolado está tomando posiciones. Lugares donde es imposible comprar una vivienda (Comillas podrían ser un claro ejemplo) porque las que hay o se construyen no están al alcance de las personas con ingresos reducidos o medios y donde tampoco es posible alquilar, porque un parte considerable de inmuebles en alquiler se destina a apartamentos vacacionales. Esta problemática comienza a ser visible, tal vez no de manera acusada, como sucede en el levante español, pero su avance es solo cuestión de tiempo.

Y este cómic es el reflejo de lo que podría pasar y no queremos que pase. El desarrollo solo puede ser sostenible o no será, incluso, el decrecimiento puede salvarnos del colapso medioambiental, económico y social, aunque un sector de “oligarcas” sin escrúpulos lo considere una aberración.

Queremos que este viaje sea un viaje de toma de conciencia, un viaje para la reflexión y para la proyección en un futuro en el que ya no estaremos, pero donde estarán otros que se cuestionarán qué hicimos y por qué no fuimos capaces de pararlo.

Línea 3  (Santander-Liérganes)

Miralpuerto 2 (Santander)

El largo viaje. Jorge Semprún

¿por qué? Santander como final de trayecto de un viaje en tren que traía prisioneros de guerra a los campos de concentración de la ciudad.

«Este hacinamiento de cuerpos en el vagón, este punzante dolor en la rodilla derecha. Días, noches. Hago un esfuerzo e intento contar los días, contar las noches. Tal vez esto me ayude a ver claro. Cuatro días, cinco noches. Pero habré contado mal, o es que hay días que se han convertido en noches. Me sobran noches; noches de saldo. Una mañana, claro está, fue una mañana cuando comenzó este viaje. Aquel día entero. Después una noche».

Miguel Delibes (Centro Castellano y Leonés en Cantabria)

La chica del tren. Paula Hawkins

¿por qué? La protagonista se desplaza diariamente en tren para ir a su trabajo, a través de la ventana ve todos los días a una pareja. A través de la ventana del tren se pueden ver muchas cosas (no solo paisaje). Por eso hemos elegido este título.

 

«Viernes, 5 de julio de 2013. Mañana.

Hay una pila de ropa a un lado de las vías del tren.

Una prenda de color azul cielo —una camisa, quizá— mezclada con otra de color blanco sucio. Seguramente no es más que basura que alguien ha tirado a los arbustos que bordean las vías. Puede que la hayan dejado los ingenieros que trabajan en esta parte del trayecto, suelen venir por aquí. O quizá es otra cosa. Mi madre solía decirme que tenía una imaginación hiperactiva; Tom también me lo decía. No puedo evitarlo, veo estos restos de ropa, una camiseta sucia o un zapato solitario, y solo puedo pensar en el otro zapato, y en los pies que los llevaban».

Aula de lectura Alto Maliaño

Pipas. Esther L. Calderón

¿por qué? La elegimos por ser una escritora cántabra, de nuestro entorno, por dónde pasa el tren Santander-Liérganes y que, por su libro, nos hizo recordar tiempos atrás en los que el tren formó gran parte de nuestras vivencias.

 

«La mayoría vive en la ampliación de los bloques, dos mil setecientos cuarenta y siete, todos por los hijos y los nietos y será hacia las vías del tren ¡qué buen precio para tres habitaciones! Y además no se oye tanto.

El tren. Su ruido.

Muy recto.

Por venir».

Los Arenales (Biblioteca Central de Cantabria)

El hombre pez. José Antonio Abella

¿por qué? Una vez seleccionada la línea 3 (Santander-Liérganes), nos hemos decantado por esta novela por dos razones principales. La primera, porque la leyenda del hombre pez es una de las más populares de Cantabria y, aunque ha sido recogida por diferentes autores y en variadas publicaciones desde la primera referencia que se tiene en la literatura a cargo de Fray Benito Jerónimo Feijoo, en el sexto volumen de su obra Teatro crítico universal (1726-1740), José Antonio Abella ha novelado recientemente esta leyenda popular refiriéndose no solo a las aventuras en el mar y captura del personaje, sino también a su difícil infancia, las causas de su decisión, su olvido del idioma, trazando un interesante recorrido por la sociedad de la época, además de reflejar la miseria imperante en la España del Siglo de Oro y con un claro guiño a la novela picaresca. Por otro lado, pretendemos que la elección de este libro se traduzca en un modesto homenaje, por parte de nuestro club de lectura, a este escultor y escritor burgalés muy vinculado a Cantabria, con motivo de su reciente fallecimiento.

 

«Cuando llegaba el verano, y eran las tardes largas y las noches calurosas, solían los hermanos y otros chicos ir a nadar en alguna de las pozas que tiene el río Miera a su paso por Liérganes, llegando con frecuencia a la presa del molino harinero de Rubalcaba, donde la profundidad y extensión del agua les permitía mayores audacias que un simple chapoteo.

En una de las pozas, la misma del puente donde había nacido, aprendió a nadar el más pequeño de los cuatro sin que nadie le enseñara. Tendría dos años por entonces y todavía no se andaba, por lo que sus hermanos lo dejaron en la orilla mientras ellos se divertían lanzándose agua y buscando cangrejos:

— Tú aquí quieto, Francisquillo, que nosotros te vigilamos.

Pero mucho no le vigilaban, porque el niño fue gateando hasta el borde mismo de la poza y allí lo sorprendieron, ya dentro el agua, braceando como una rana».

Puente de los Ingleses (El Astillero)

El balneario. Carmen Martín Gaite

¿por qué? Es un libro ligero, de varios relatos, y uno de ellos trata sobre un balneario, pensamos que era acorde con lo que podemos encontrar en esa línea C3, precisamente dos balnearios.

 

«El cobrador se paró delante de nosotros. Vi su sombra cegándome los reflejos, que se deslizaban como gotas de mis pestañas inclinadas a la llave del maletín; vi muy cerca sus grandes zapatos de lona azul y el pantalón de dril rayado, que le hacía bolsas en las rodillas, y me sentí sobrecogida, como cuando hay que comparecer delante de un tribunal.

—Pero ¿no son ustedes dos los que iban al balneario?— dijo, recalcando mucho las palabras.

Y me pareció que hablaba demasiado alto. Le habrían oído los de los asientos de atrás; estarían adelantando la cabeza, intrigados para vernos la cara a nosotros y enterarse de lo que íbamos a contestar. No se podía esperar más tiempo. Levanté la cabeza y me parecía que salía a la superficie después de contener la respiración mucho rato debajo del agua. Se me había dormido una pierna y me dolían los codos. Antes de nada miré a Carlos, para orientarme, como cuando se despierta uno y mira el reloj.

Yacía en el asiento de al lado, en una postura tan inverosímil que no se sabía dónde tenía los pies ni dónde los pies. Apoyaba un poquito la frente en la ventanilla y respiraba a través de la nariz con una insustituible tranquilidad, como si no hubiera rumores ni nada a su alrededor. Me sentí muy indignada de que no se hubiera despertado, llena de rabia por haber resistido tan bien el tiempo, y que ese poco hubiese parecido una eternidad».

R3 (Santander-Gibaja)

Nosotras (Camargo)

Tuareg. Alberto Vázquez Figueroa

 

¿por qué? En dos paisajes tan diferentes como el de Gibaja y el Sáhara, sus habitantes tienen un denominador común: La Palabra. La Palabra y el apretón de mano es ley a respetar en Gibaja. También entre los tuaregs, que además del honor, entre sus valores destacan la hospitalidad y el cuidado del viajero.

«Era un pueblo altivo, indomable y rebelde que se regía por sus propias leyes, pero nadie le había explicado entonces que tales leyes contemplarán la posibilidad de asesinar fríamente a los durmientes. La moral es una cuestión de costumbres y nunca debemos de juzgar, según nuestro criterio, los actos de aquellos que tienen, por sus costumbres ancestrales, una visión y un criterio distinto de la vida…».

El Show de la Palabra

Un valle en el mar. Concha Espina

¿por qué? Hemos elegido este libro en homenaje a la escritora de Santander Concha Espina, (nominada 9 veces al Premio Nobel) y porque en el mes de mayo celebramos el 5º Aniversario leyendo este libro y haciendo una ruta literaria por Pedreña y Somo. En la ruta nos acompañarán Cristina Fernández Gallo (Investigadora de la obra Concha Espina) y Chema Bedia (Presidente de la Asociación Avante). Ellos nos acompañarán para hablarnos de Concha Espina, Las mariscadoras y los remeros. La frase la ha elegido Chema Bedia porque piensa que la descripción de la escritora se refiere a Orejo, en una zona de Marina de Cudeyo, casi en la falda de Peña Cabarga (Camarga),Describe lo que puede verse hoy todavía desde lo alto de Orejo, mirando hacia la mar.

«Se habían sentado en el recuesto de la colina, frente al mar ya casi oscurecido, como el valle meseguero que cerca se columbra. Hierba y musgo en la alfombra empinada, sobre el húmedo arenal de la Marina ».

Club de Lectura Marina de Cudeyo

Las ciudades invisibles. Italo Calvino

¿por qué? El Club de Lectura Marina de Cudeyo elige, Las ciudades invisibles de Italo Calvino: supuestos relatos que, en su largo Viaje, Marco Polo refiere a Kublai Kan, emperador de los tártaros. Un libro compuesto de fragmentos de imágenes, de sensaciones, de reflexiones… De «ciudades», a veces alegres, a veces tristes, a menudo lugares terribles, pero también espacios que pueden imaginarse y construirse habitables. Recomendado para leer así, a retazos, en cada tramo del «largo» viaje que hacemos en el tren desde Orejo hasta Bilbao, con todas sus paradas, sin prisas, si así la circunstancia de cada cual lo permite y lo facilita.

 

«El Gran Kan ya estaba hojeando en su atlas los mapas de las ciudades amenazadoras de las pesadillas y las maldiciones: Enoch, Babilonia, Yahóo, Butúa, Brave New World.

Dice:

—Todo es inútil, si el último fondeadero no puede sino ser la ciudad infernal, y donde, allí en el fondo, en una espiral cada vez más cerrada, nos absorbe la corriente.

Y Polo:

—El infierno de los vivos no es algo por venir; hay uno, el que ya existe aquí. el infierno que habitamos todos los días, que formamos estando juntos. Hay dos maneras de no sufrirlo. La primera es fácil para muchos: aceptar el infierno y volverse parte de él hasta el punto de dejar de verlo. La segunda es arriesgada y exige atención y aprendizaje continuos: buscar y saber reconocer quién y qué, en medio del infierno, no es infierno, y hacer que dure, y dejarle espacio».

UNATE Santander

La Casa Paco Roca

¿por qué? Cuantas casas vacías nos encontramos en el territorio, herencia de recuerdos e historia de vida que algún día abandonaron el terruño en la búsqueda de un futuro mejor…Herederos actuales desarraigados al territorio, criados en ciudades que se deshacen de esas casas perdiendo parte de su pasado y su historia…¿cuál será su futuro?

«¿Estáis poniendo la casa en orden?

No, la estamos arreglando para venir

Aquí en cuanto pasa marzo y alarga el día, se está muy bien. Bueno ya lo sabes.

Vamos a venderla.

Vaya…

Aunque ya veremos si lo conseguimos. Ahora la cosa está complicada.

Allí abajo, se vende una desde hace más de un año y nada».

Tertulia de Ramón Qu

Middlemarch. Mary Ann Evans (alias George Eliot)

¿por qué?… a través de un territorio aún rural, hasta una gran ciudad.

En este tren sería muy interesante recomendar este libro, que retrata el ambiente provinciano de una comarca rural en la Inglaterra de hace casi dos siglos. Los diversos personajes, sus vínculos y circunstancias no son tan ajenos a nuestros días como podría suponerse, y los aspectos psicológicos, éticos, políticos… permiten a la extraordinaria voz narrativa ofrecernos reflexiones que consideramos de gran interés.

Ambientada en torno a 1830, conocemos —entre otros muchos aspectos de la sociedad, detallados en sus 900 páginas— los inicios de la construcción de líneas de ferrocarril, que permitirá en años sucesivos comunicar ambos mundos, para mutuo provecho de los habitantes de la ciudad y del campo.

«Es cierto que aquellos actos determinantes de su vida no fueron idealmente hermosos, sino el extraño resultado de unos impulsos jóvenes y nobles al enfrentarse a los condicionamientos de una sociedad imperfecta, en la que los grandes sentimientos adquieren con frecuencia apariencia de errores y donde una gran fe toma apariencia de ilusión. Porque ninguna criatura tiene tanta fuerza interior suficiente para no verse en gran medida determinada por lo que encuentra a su alrededor. Una nueva Teresa difícilmente tendría la oportunidad de reformar la vida conventual, como tampoco una nueva Antígona emplearía su piedad heroica en atreverse a todo por el entierro de un hermano: el medio en que sus ardientes acciones tomaron forma ha desaparecido para siempre. Pero nosotros, personas insignificantes, con nuestras palabras y actos de cada día estamos preparando la vida de muchas Dorotheas, y algunas quizá tengan que realizar sacrificios mucho más tristes que los de la Dorothea cuya historia conocemos.

Su espíritu tocado de delicadeza dio aun frutos maravillosos, aunque no fueran visibles para muchos. Su intensa fuerza vital, como aquel río cuyo caudal dividió Ciro, se fue gastando en canales que no alcanzaron un gran renombre sobre la tierra. Pero el efecto de su ser sobre las personas de su entorno fue incalculable: porque el crecimiento del bien en el mundo depende en parte de actos que nada tienen de históricos; y que ahora las cosas no nos vayan tan mal como podrían irnos se debe en buena parte a los muchos que vivieron fielmente una vida escondida y descansan en tumbas que nadie visita».