Nuestro paso por FELISA 2023 ha sido un oasis en el camino. Es poco habitual encontrar en estos veranos postapocalípticos un lugar en el que abrevar con alegría en los pesebres de la cultura, los libros y el pensamiento. Saciados de nuestra sed, tornamos grupas de nuevo al camino del trovador pero con la seguridad de volver a este oasis cantábrico donde hemos encontrado además excelente calidad organizativa, calidad culinaria además de calidad y calidez humana. Santander nos ha tratado con cariño y profesionalidad y su gente, el público, nos ha arropado y arrullado en su vaivén marino e hipnótico. Solo nos queda decir que gracias. Gracias. No lo olvidaremos. Y volveremos.
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