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Un diario casi completo escrito por Fernanda Sanz Villegas

Martes 1

Quinto día de Felisa y lejos de decaer, nos protegemos de una escasa lluvia que días atrás era deseada y hoy, que ha llegado, pierde interés y hasta molesta. Superado este estado de queja casi permanente, el tiempo es para Winston Manrique, presenta La gran transformación. Primera parada en la dedicatoria: «A los que preguntan, a los que responden, a los que escuchan».

Aclara quiénes integran cada uno de estos colectivos y enseguida aparecen los clásicos, primero Gilgamesh, luego Homero y ya entonces estaban estos cuatro conceptos que atraviesan cualquier vida humana.

Se presenta como un intermediario entre otros creadores y los lectores. Él ha repasado las entrevistas que ha ido haciendo y tras localizar lo que decían sobre los temas elegidos, dio forma a este libro que nos reconfortará cuando lo leamos.

Lo plantea como una cartografía emocional de la sociedad y apunta que los cambios paradigmáticos en economía y geopolítica, también lo son en la belleza, el sexo, el amor o la felicidad.

Nos hace más conscientes de la transformación que trae la era digital y la influencia de la publicidad al crearnos necesidades y cómo asfixia a la felicidad por insatisfacción.

Cuenta que ya Umberto Eco advertía del politeísmo de la belleza en 2011, de la relativización del concepto, y nos trae a pasear a la señora Dalloway con sus flores y la armonización de la pluralidad sin prejuicios.

Conviene recurrir a esto en tiempos de «imposición» de un pensamiento único y no olvidar que acechando espera un enemigo potente para impedirnos valorar y apreciar con profundidad y calma: la inmediatez.

Para esta uniformidad pretendida tienen un aliado que tenemos que vigilar: Internet. Nos sobreofertará productos para que nos enredemos en la pegajosa telaraña.

Cuando dice que apenas se hace autocrítica y que cuesta aceptar la crítica,  pienso en la vanidad o en el narcisismo, no nos queremos ver ahí pero… si tan difícil es soportar un juicio diferente… algo habrá que meditar. Aunque no nos guste.

La globalización llega también a la cultura del entretenimiento.

Por eso, por permitirnos una pequeña «rebeldía» y porque desde el siglo XV los libros han formado parte de nuestra historia y nuestra compañía… libros, resistencia y belleza.

«Leer es uno de los últimos actos de resistencia».

Y con Sami Naïr la gente se sigue aproximando y se hace una plaza tan densamente poblada, que «intimida» a Keruin Martínez en el arranque de la conversación.

No hace falta mucha presentación para Sami Naïr, pero él afirma para abrir: «yo he creído muchísimo en la UE».

Desde luego para quienes vemos Europa como un ser lejano y abstracto, insensible en lo social y ambicioso en lo monetario, nos ha dado luz a puntos de oscuridad y hemos entendido de dónde vienen estos lodos.

Inicia una exposición apasionada con un entusiasmo y certezas apasionantes y nos va trayendo desde las Luces del siglo XVIII, cuando se enumeraron los principios de la Ilustración, sobre los que se apoyaba la idea primera de Unión Europea, hasta la luz actual, que alumbra poco y entusiasma menos, mostrándonos el origen del neoliberalismo y el papel de los tecnócratas en Europa, en Bruselas.

Sé que conocer y rellenar las lagunas debería ser un acto individual de búsqueda, pero nos vendría tan bien escuchar académicamente estos discursos con pasión y sin fanatismos interesados, con mucha pedagogía y diseccionados para que la comprensión sea más fácil y más constructiva.

Que naciera como espacio común y sistema económico común tras las dos guerras mundiales, sobre todo la Segunda que dejó 60 millones de muertos debería hacer recapacitar sobre los objetivos y proyectos ilusionantes que se podrían poner en marcha a consecuencia de los incontables conflictos que asolan el mundo. Tristemente no es una prioridad.

Rápidamente nos desgrana los fallos del sueño y que ahora permanecen en el terreno de la utopía: no se creó un gran espacio social, no se atendió a la defensa en geopolítica y no se ofreció a la ciudadanía el protagonismo que le correspondía. Así, los tecnócratas, la Comisión de Bruselas opera sin control pues no pueden hacer nada los gobiernos ni los estados.

Los estados solo aplican las normas de Bruselas, no hay políticas en la construcción de la UE.

Es curioso cuando cuenta los millones de Tratados constitucionales de la Unión Europea que compró Chirac para que los leyera la ciudadanía francesa y cómo, tras leerlo, votaron No. La gente no quería la privatización permanente que estaba explícita en el Tratado. Se me ocurre que si muchas personas leyeran sin prejuicios y con conciencia el programa de algunos partidos políticos en moda efervescente, cambiarían el voto sin dudarlo. Falta lectura y análisis y crítica desde la razón no desde el odio.

En fin, tras Francia, fueron Irlanda y Holanda quienes rechazaron el texto.

Provoca una contenida risa que podría ser una gran lágrima, la solución que adoptaron tras el fracaso: No se vuelve a consultar a los pueblos. ¡Ay!

Preguntado por la identidad europea afirma que no existe, que existen identidades de países y al ejemplificar… de España dice nación de naciones. ¡Cuánto me hubiera gustado que lo escucharan políticos «muy españoles » con desmedida ambición de poder que parece que no lo entienden! Sami Naïr lo explica muy clarito, les convendría una escucha atenta.

La siguiente realidad, aunque tiene su punto de ternura, da mucha pena: «Europa es más voluntad de querer ser que de realidad «.

Tampoco hubo consenso en la orientación religiosa, del cristianismo propugnado por unos al laicismo o secularidad de otros adoptando finalmente una postura conciliadora y un popurrí que intentara contentar a todos.

Me sorprende, por mi ignorancia, el asunto de la bandera que para decidir la que se elegía y después de otra consulta, se fue al Papa y a él se le ocurrió la de la Virgen María. ¡Y esa es la que tenemos!

Y nos habla de tantos temas de actualidad, complejos, incomprensibles a veces y tan claros esta tarde.

En defensa ya dijo antes que no se había hecho nada porque se había dejado en manos de Estados Unidos. El problema serio llegó con el primer mandato de Trump. Se creyó que no habría segundo y aquí está ,exigiendo un 5% porque Europa nunca quiso hacerse cargo de su defensa y se confió en que EEUU nos protegería.

Una rápida crítica también a la no intervención de Europa ante Rusia en Ucrania porque a los rusos no se les hace frente.

Ahora, con el auge de los nacionalpopulismos habrá que llevar cuidado.

Desea terminar como empezó, había creído muchísimo en Europa y sigue creyendo,  que nadie malverse sus palabras, no ha rechazado la idea de Europa, CREE y quiere una Europa solidaria con los pobres y fiel a su mensaje humanista fundacional. A mí se me ocurren nuestros «deberes»: cuando votemos para Europa, habrá que votar y pensar bien el voto.

Esta tarde ha habido más hombres entre el público o ha sido mi sensación. Ayer algun@s niñ@s. Qué inmensa satisfacción de Felisa, qué bien programa ella y busca llegar a todas las inquietudes, a todas las sensibilidades. Lo mejor es que lo consigue. Felisa, ¡enhorabuena!

La música la trae Juan Saiz y un puñado de músicos de una calidad excelente.

Música tradicional vestida con otros atractivos ropajes musicales, lo que ha hecho detenerse y quedarse a algunos chaval@s que pasaban, y ha estado a ratos bailada por el grupo Virgen de Palacios.

Escuchamos el molondrón, tres hojitas en el cierre, qué guapa estás María que guarda la ternura del recuerdo y el homenaje, y muchas más. Qué hermoso cantar aquella canción que oías a tu abuelo cantar a tu abuela María. Una dosis de dulzura después de tanta realidad.

Cada día Felisa ilusiona.